10 CONSEJOS PARA PESCAR SALMÓN A MOSCA

Observa y aprende a leer el agua: la pesca es, sobre todo, esto. Interpretar el medio con el que interactuamos. Obsérvalo, empápate de él, aprende sobre los peces y no pierdas detalle de nada. Consigue llevar a la inconsciencia la fase del lance y a la consciencia plena la fase de deriva y todo lo demás. La mosca pesca cuando está en el agua.

Siente el agua: Sí, en tu línea, en tu caña, a través de la empuñadura. Se uno con tu equipo. Cierra los ojos e interioriza las sensaciones en cada deriva. Con el tiempo, sabrás exactamente si el agua que estás pescando es buena y si tu línea y tu mosca están trabajando como deben. A veces la vista engaña. Las sensaciones, no.

La información es poder: El salmón es un pez migrador cuyo estado de ánimo a la hora de ser más proclive a tomar la mosca se ve influenciado por multitud de variables. Hoy en día tenemos acceso a muchas de ellas en la palma de nuestra mano. Gracias a internet, podemos saber los caudales, temperaturas del agua, turbidez, climatología, últimas capturas… Siempre habrá información de la que no disponemos, por supuesto, pero a veces un café, una visita a la tienda de pesca más cercana, contratar un guía o una buena charla a pie de río con algún compañero pueden ser la clave a la hora de trazar nuestra estrategia.

Pesca las orillas: es un error común despreciar las orillas o la entrada a un pozo. Llegar y vadear hasta la cintura. Hacer el primer lance con toda la cabeza fuera. ¿Y los primeros 20 metros? Hay muchísimas situaciones de pesca en las cuales encontraremos a los peces en la orilla o remontando próximos a la misma; al igual que hay muchos escenarios en los que los peces se encontrarán en la misma entrada del pozo. ¡Péscalos!

Donde no llegas no existe: Quizá la última incorporación a este decálogo. Se la debo a Lars Munk, leyenda de la pesca del salmón del Báltico, tierra de ríos muy caudalosos, imposibles de abarcar a mosca. Céntrate en aquello que está a tu alcance. Seguro que hay salmones y posturas que pescar. La pesca a mosca es un actividad muy psicologica. Huye de aquello que te desmotiva y céntrate en aquello que te permita seguir concentrado en el objetivo.

Aprende de la flotante: Una línea flotante es nuestra mejor amiga a la hora de descifrar las corrientes y tiros de agua de un pozo que no conocemos. No tengas prisa, aprende de ella. Mira como la corriente la maneja, dónde carga, dónde hace extraños. Usala para leer el agua y plantear tu estrategia de cara a la segunda pasada con una línea más hundida. Y de paso, por qué no, pesca algún salmón.

Ve a la contra: Especialmente útil en tramos y ríos con alta presión de pesca y peces sedentarios, hartos de ver pasar las mismas moscas de la misma manera. Huye de convencionalismos. Toca todas las teclas, hasta dar con la buena.

Pesca rápido: No soy amigo del «un lance, un paso». Soy más de que cada postura y situación de pesca tiene un ritmo que debemos saber llevar, pero está claro que si me tengo que quedar con una estrategia, no tengo dudas: prefiero dar 3 pasadas rápidas a un pozo cambiando línea y mosca, que una sola. Mayor factor sorpresa, menos molestia sobre los peces y más agua cubierta con distintas técnicas/líneas/moscas.

No agobies: El salmón tiene consciencia plena de todo lo que ocurre a su alrededor. Está en su medio, tú no. Tu mejor baza es la sorpresa y pasar inadvertido. La primera vez que vea tu mosca será clave, pero si no lo consigues, no los agobies. Muchas veces tendemos a sobrepescar la postura cuando sabemos que hay peces y a veces, simplemente, es mejor sentarse en la orilla un rato, disfrutar del ambiente, relajarse y dejar que los peces hagan lo mismo. Tus opciones de éxito acaban de aumentar.

Se educado: la última, pero no por ello menos importante. La pesca a mosca siempre ha sido un deporte de caballeros. Qué lo siga siendo. Saluda, habla y sigue la etiqueta de conducta propia del río o país que estés pescando.

Álvaro G. Santillán
Álvaro G. Santillán

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