Mi particular camino con “ilustración mosquera” empezó hace unos años cuando me di cuenta de que tenía algunas buenas fotografías de los insectos que encontrábamos en nuestras salidas al río, fotografías que con el tiempo había ido mejorando poco a poco con equipos humildes en un proceso de crecimiento natural, que creo que todo pescador a mosca ha realizado en una u otra materia.
Al final, en esto de la pesca a mosca, entendiéndola como una pasión, cada uno se va especializando en las innumerables ramas que nacen de ella, que aunque parezca mentira tenemos unas cuantas y a cada cual más interesante: lanzado, montaje de artificiales, sedas míticas, pesca a ninfa, pesca con streamers, montaje de cañas, ebanistería de mobiliario de montaje, tornos artesanales, fotografía, entomología, ilustración… En fin, seguro que todos tenemos en mente a unos cuantos números uno en todas esas subordinadas que convierten a la pesca con mosca en lo que es hoy en día. Como es lógico, muchas veces el pescador se mete de lleno en una de estas variables mejorándola y perfeccionándola hasta convertirla prácticamente en un arte. Otros pescadores van probando, e intentando aprobar, todas las asignaturas de las pesca con mosca con el objetivo de llegar a ser un mosquero lo más completo posible o simplemente su objetivo es el mero hecho de disfrutar con cada una de ellas en su momento.
Personalmente siempre había tenido el gusanillo de seguir con mis dibujos, especializarme y quizás buscar opciones profesionales pero al final las opciones laborales y profesionales te hacen irte a lo seguro. Es cierto que envidio sobremanera a esa gente capaz de lanzarse a retos de este tipo y valoro sus éxitos como lo que son y los celebro cuando son merecidos.
Como decía al principio, ya tenía las fotografías, y pensé, por qué no, en ilustrar esos insectos en los que ya se podían apreciar buenos detalles entomológicos. Por qué no plasmar esos detalles de manera que los aficionados puedan comprender e identificar todas esas variables que le dan un nombre a esos seres y visibilizar también a estos humildes animales que son en los que realmente se basa y a los que debemos la existencia de nuestra modalidad de pesca.
Las primeras ilustraciones eran muy sencillas, apenas unos pocos lápices de colores polychromos servían para representar lo que quería. Iba mezclando medios manuales con medios digitales de ordenador pero rápidamente llegó la tablet y la ilustración digital propiamente dicha, sin duda un sin fin de posibilidades para mejorar mi técnica. Esta nueva forma de trabajar me daba la calidad que pretendía así que decidí crear una colección de unos cuantos insectos de nuestros ríos con algunas pinceladas de su ecología para el pescador.
Me animé entonces, también, a ilustrar peces especiales para amigos del mundo de la pesca, sobre todo truchas (Salmo trutta), con el objetivo de tener un recuerdo artístico más allá de una fotografía e inspirado un poco en aquella, hoy impensable por suerte, taxidermia de trofeos. Es probable que este tipo de ilustraciones sean las que más me satisfacen. Es impresionante el nivel de detalle que pueden tener estos peces, la variabilidad de colores, patrones y formas hacen que muchas veces no parezcan ni de la misma especie.
Es un verdadero reto y una satisfacción para mí intentar sacar la esencia de esas truchas y que parezcan vivas en el papel pero, mayor satisfacción me causa el que sigan vivas en sus ríos gracias a la captura y suelta y a la pesca responsable que va camino de ser mayoritaria en nuestros queridos ríos.
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